06 agosto 2009

El futuro

Nuestras ideas, creencias y opiniones acerca de nosotros mismos como seres humanos definen nuestras formas de estar en el mundo, determinan cómo afrontamos nuestros pequeños fracasos y errores y cómo abordamos nuestra inevitable finitud… Se da un momento en nuestras vidas en el que nos hacemos conscientes de que como personas individuales, únicas e irrepetibles, pero destinadas inevitablemente a un fin, la única salida es vivir plenamente todos y cada uno de los pequeños y milagrosos momentos de conexión con los demás, en una suerte de creatividad y disfrute constante entreverada, cómo no, de momentos de sufrimientos, decepción o tristeza… pero si somos capaces de valorar estos instantes y entrever en ellos esa pizca de eternidad, logramos trascendernos. No parece tan complicado, todos creamos continuamente si somos protagonistas de nuestras vidas, aunque esto sí que es difícil… Pero yo creo que sí hay algo más, por encima del disfrute de los instantes, de la belleza, de los momentos de creatividad, de las particulares creencias en las que buscamos cobijo a veces, o precisamente por todo ello, formamos parte de algo más grande, algo a lo que pertenecemos y a lo que contribuimos por el simple hecho de ser. Ese algo para mí es la humanidad misma, su capacidad para crear magníficas obras de arte, ciencia, cultura... a lo largo del tiempo, e instantes irrepetibles y únicos. Somos finitos, vivimos nuestro tiempo y espacio como una suerte de mera casualidad, pero el tiempo, los conocimientos y la creatividad nos conecta con el pasado y proyecta nuestras acciones hacia el futuro. Estamos atados a esta cadena de luces y sombras, de espacios y tiempos, y formamos parte de un gran proyecto: el futuro.