24 octubre 2009

Hipatia


Otra de las fuentes históricas, aunque la imagen de la Filósofa es otra...
Juan, obispo de Nikiu, Crónica 84.87-103:
Por aquella época apareció en Alejandría una mujer filósofa, una pagana llamada Hipatia que se dedicaba en todo momento a la magia, los astrolabios y los instrumentos de música y seducía a mucha gente a través de sus argucias satánicas. El gobernador de la ciudad la honraba excesivamente ya que ella le había seducido con su magia. Dejó de prestar atención a la Iglesia como había sido su costumbre y se puso en una situación peligrosa. Y no sólo eso, sino que él mismo llevó a algunos creyentes hacia ella y él mismo recibió a no creyentes en su casa y un día cuando ellos estaban divirtiéndose con una exhibición teatral de danza, el gobernador de la ciudad publicó un edicto referente a las exhibiciones públicas en Alejandría y todos los habitantes de la ciudad se habían congregado allí (en el teatro). Ahora Cirilo, que había sido nombrado patriarca después de Teófilo, estaba ansioso de obtener información exacta de este edicto. (El texto continúa relatando las tensiones crecientes, asesinatos y quema de iglesias de los cristianos llevabas a cabo por los judios. Finalmente los cristianos supervivientes se agruparon, tomaron posesión de las sinagogas de los judios, las ‘purificaron’ y convirtieron en iglesias.) Y los judios asesinos fueron expulsados de la ciudad, confiscadas sus posesiones, perseguidos y despojados de todo, y Orestes el prefecto, fue incapaz de proporcionarles ayuda. Y después de esto una multitud de creyentes en Dios apareció bajo la dirección del magistrado Pedro y buscaron a la mujer pagana que había seducido a la gente en la ciudad y al prefecto con sus encantamientos. Cuando supieron el lugar donde ella estaba, la siguieron y la encontraron en una silla y bajándola de ella, la arrastraron hasta la iglesia de Cesarión. Esto ocurría en los días de ayuno. Ellos rasgaron sus vestiduras y la arrastraron por las calles hasta que murió. Luego la llevaron a un lugar llamado Cenarion y quemaron su cuerpo. Toda la gente rodeó al patriarca Cirilo y lo llamaron ‘el nuevo Teófilo’, porque había destruido los últimos restos de idolatría de la ciudad.

23 octubre 2009

Hipatia

¿Quién fue Hipatia realmente? Agora ha dado a conocer la figura de Hipatia, aunque puede que realmente aún no la conozcamos bien, algunos aspectos son discutibles... Lo primero que debemos hacer es preguntarnos ¿qué sabemos realmente de ella? Esta es una selección de las fuentes históricas disponibles.
En la obra de Dasmacio, Vida de Isidoro, reproducida en el Suda, enciclopedia bizantina del siglo X, puede leerse lo siguiente:
Hipatia, hija del geómetra y filósofo Teón de Alejandría, fue una filósofa muy conocida. Fue la esposa del filósofo Isidoro y alcanzó su madurez en tiempos del emperador Arcadio. Autora del Comentario de Diofanto, también escribió un trabajo titulado El Canon astronómico y un comentario a Las cónicas de Apolonio. Fue despedazada por los alejandrinos y su cuerpo fue ultrajado y dispersado por toda la ciudad. La causa de esto fue la envidia por su destacada sabiduría, especialmente en astronomía. Hay quienes dicen que Cirilo fue responsable de esta atrocidad; otros culpan a la innata ferocidad y las tendencias violentas de los alejandrinos porque actuaron con algunos de sus obispos del mismo modo, por ejemplo con Jorge y Proterio.
Hipatia nació, se crió y se educó en Alejandría. Como ella superó en inteligencia a su padre, no estaba satisfecha con su instrucción en cuestiones matemáticas; también se dedicó diligentemente a todas las cuestiones de filosofía.
Acostumbraba a ponerse su manto de filósofa y pasear por medio de la ciudad interpretando públicamente a Platón, a Aristóteles, y las obras de algunos otros filósofos a quienes deseaban escucharla. Además de su habilidad en la enseñanza, estaba situada en la cumbre de la virtud cívica. Era justa y casta y permaneció siempre virgen. Era tan bella y bien constituida que uno de sus discípulos se enamoró de ella y al ser incapaz de controlarse a sí mismo le mostró un signo de su encaprichamiento.
Hipatia intentó sin conseguirlo, calmarle mediante la música. La verdad es que la historia acerca de la música no es correcta. En realidad, ella cogió paños que había manchado durante la menstruación y se los mostró como un signo de la suciedad de su menstruación y dijo: “Esto es lo que amas, joven, y esto no es bello”. El se sintió tan avergonzado y asustado ante la horrible visión que experimentó un cambio en su corazón y se convirtió rápidamente en un hombre mejor. Así era Hipatia, tan inteligible y elocuente en el discurso como prudente y cortés en sus actos. La ciudad entera la quería sin lugar a dudas y le tenía gran veneración, pero los gobernantes de la ciudad la envidiaron desde el principio, algo que frecuentemente ocurría en Atenas también. Pues si la filosofía había perecido, sin embargo, su nombre aún parecía venerable y magnífico a los hombres que ejercían de líderes en el estado. Ocurrió un día que Cirilo, obispo del grupo opuesto (el cristianismo) pasaba por delante de la casa de Hipatia y vio una gran multitud de gente y de caballos a su puerta. Algunos estaban llegando, otros llegando y otros por allí alrededor. Cuando él preguntó por qué estaba una multitud allí y para qué todo aquel jaleo, le dijeron que era la casa de la filósofa Hipatia y que ella estaba saludándoles. Cuando Cirilo oyó esto le entró tal ataque de envidia que inmediatamente empezó a conspirar su asesinato y la más forma atroz de asesinato. Cuando Hipatia salió de su casa, en la forma acostumbrada, una multitud de hombres mercenarios y feroces que no temían el castigo divino ni la venganza humana la atacaron y la mataron, cometiendo así un monstruoso y atroz acto contra su patria. El emperador estaba irritado y la habría vengado si Adesio no hubiese sido sobornado. El emperador asumió el castigo y la familia pagó el precio por sus descendientes. El recuerdo de estos sucesos todavía permanece vivo entre los alejandrinos.