10 noviembre 2013

Mileva Maric. A la sombra del genio


“Es innegable que Mileva podía entender sus artículos y que incluso podía leerlos a la caza de errores”. Esta es la conclusión del autor del texto Einstein. El espacio es una cuestión de tiempo, primer libro de la colección que publica El País sobre los grades hitos de la ciencia, en relación al debate que se produce en la Historia de la Ciencia de las últimas décadas sobre el papel de Mileva Maric en los trabajos científicos que llevarían a Einstein a la gloria. ¿Sólo leerlos?

La polémica sobre la posible coautoría se inició en el Simposium sobre “el joven Einstein” organizado por la A.A.A.S. (Asociación Americana para el Avance de la Ciencia) en 1990. Unos años antes, en 1987, se abrían los archivos privados del científico después de la muerte de sus albaceas y la correspondencia revelaba aspectos poco conocidos de la vida de Einstein. Los detalles de la relación con Mileva Maric, su compañera de estudios y primera esposa, la existencia de una hija nacida antes del matrimonio de la que se pierde su pista unos años después y, sobre todo, escrito de su puño y letra referencias a “nuestra teoría”. Los historiadores e historiadoras se alinean entre quienes ven en Mileva una especie de musa romántica, una inspiradora y estímulo constante a la creatividad del genio, el papel que a lo largo de la historia se ha otorgado a las mujeres, amigas, esposas o amantes de los grandes hombres que han contribuido a los avances de la ciencia, y aquell@s que sostienen que los conocimientos matemáticos de Mileva fueron indispensables para ofrecer forma y fundamento a la imaginación teórica de Einstein. Es innegable que los años más creativos de su carrera científica fueron aquellos en los que ambos estaban juntos.



Formación de Mileva.

Mileva nació en 1875 en la actual Serbia destacando desde niña por su inteligencia y su interés por la música, la física y las matemáticas. Su padre tuvo que solicitar permisos para que la permitieran seguir estudiando en el nivel de Secundaria, reservado para el sexo masculino y principal obstáculo para las mujeres para acceder a estudios superiores. A los 15 años logra las calificaciones más altas en física y matemáticas en el Instituto de secundaria de Zagreb, al que asistían sólo dos mujeres. En 1896 supera el examen de entrada en la universidad de Zurich, una de las más prestigiosas de Europa en el S. XIX y que permitía el acceso a mujeres y se matriculó en la Escuela Politécnica de Zurich para estudiar matemáticas y física. Allí conoció a Einstein, ambos compartían su amor por la ciencia y la música y se cuenta cómo a menudo abandonaban sus clases regladas para dedicarse a sus propias investigaciones.

Un dato muy relevante es que Mileva en el segundo año pasó un semestre en la Universidad de Heidelberg, donde tuvo la oportunidad de recibir clases con el eminente profesor Philip Lenard, pionero de la mecánica cuántica e investigador del efecto fotoeléctrico, y quien obtendría unos años después el Premio Nobel de Física. Novedades que Mileva comparte con Einstein a su vuelta a Zurich, ante la insistencia de éste de que regresase. Cuando se presentó, no llegó con las manos vacías, sino con conocimientos de las ideas más radicales y novedosas de la física.

Ambos planeaban dedicarse a la profesión docente una vez acabados los estudios, incluso optar por un puesto en la universidad, pero estos planes se ven truncados. Einstein, debido a sus malas relaciones con el catedrático de física matemática y técnica H. Weber, no consigue acceder a un puesto de profesor ayudante y Mileva, quien acaba la carrera y consigue su certificado de estudios en 1900, no logra, sin embargo, pasar el examen final de Licenciatura en primera opción y desarrollar el proyecto de investigación que tenía pensado para su tesis doctoral. Dos circunstancias se lo impiden: en primer lugar, la mala relación de Weber y Einstein pudo haber pesado para que por unas décimas se le suspendiera el examen y, en segundo lugar, Mileva descubre que está embarazada y este acontecimiento la paraliza. La formación reglada de Mileva acaba en 1901 pero no su dedicación a la ciencia. De hecho, durante un tiempo Weber ofrece empleo a Mileva y tiene así acceso al laboratorio, donde puede realizar trabajos empíricos sobre la capilaridad, primer trabajo relevante firmado por Einstein.

La Academia Olimpia

Mileva da a luz a una niña en su casa familiar y allí se establece durante un año. La oposición de la familia de Einstein a su relación, el embarazo fuera del matrimonio y la actitud del propio Einstein en relación al nacimiento de su hija son aspectos que han sido estudiados también por Robert Schulman Coeditor de Collected Papers of Albert Einstein, interesado en conocer todos los aspectos de la vida del científico. Qué pasó exactamente con esta niña ha pasado a ser un misterio aunque se apunta a su muerte por enfermedad como causa más probable de la ausencia de datos sobre ella.

Albert y Mileva se casaron en 1903 y se trasladaron a vivir a Berna, él trabajaba en la Oficina de Patentes y ella se ocupaba de la casa, pero también estudiaba y compartía con él las investigaciones. En 1904 nació Hans Albert, su segundo hijo y ella atendía a estudiantes que acogía como huéspedes para disponer de ingresos suficientes.

El trabajo de ambos en la investigación  es muy intenso y convierten su casa en un lugar abierto donde se estudia y debate con otros científicos. “Su casa se convirtió en un lugar de reunión de espíritus selectos, un conjunto de personas que lo pasaban muy bien juntos y celebraban los descubrimientos trabajando en común. A estas reuniones asistían, entre otros, los hermanos Habits, Maurice Solovine, el ingeniero Angelo Besso y su esposa. En ellas se leía y se discutía no sólo de ciencia sino también de filosofía. A este grupo y sus reuniones se los conocía como la Academia Olimpia” (Esther Rubio Herráez, 38)  


Los artículos publicados en 1905

En 1905, se publican los tres relevantes trabajos de Einstein: La teoría especial de la Relatividad, el trabajo sobre el Efecto fotoeléctrico y la Teoría del movimiento browniano y son pocos los historiadores que dudan sobre la contribución de Mileva a los mismos.



Evan Harris, científico estadounidense ha realizado un estudio cuantitativo y cualitativo de las referencias de Einstein a los estudios e investigaciones que estaban efectuando él y Mileva y al futuro éxito de compartirían con sus descubrimientos utilizando términos como “nuestro trabajo”, “nuestra teoría”, “nuestra colaboración”, “nuestras investigaciones” , “nuestros artículos”. (Rubio Herraez, 68).  En Marzo de 1901 Einstein escribe: “Qué feliz y orgulloso estaré cuando juntos hayamos culminado con éxito nuestro trabajo sobre el movimiento relativo”. Evan Harris afirma:

“La teoría especial de la Relatividad comienza con la tesis que Mileva escribió y presentó para su supervisión al profesor Weber, cuando estudiaba en la Escuela Politécnica de Zurich, cuya memoria se ha perdido. El efecto fotoeléctrico tiene su origen en los trabajos de Mileva cuando ésta estudiaba en Heildelberg con el profesor Lenard, al cual posteriormente le fue concedido el Premio Nobel de Física, precisamente, por su trabajo experimental sobre el efecto fotoeléctrico. La teoría del movimiento browniano es producto del pensamiento de Eintein y de su interés por la termodinámica. Mileva contribuyó al mismo con el trabajo matemático, describiendo el movimiento desordenado de las moléculas”.  (Citado por Rubio Herráez, 72. Fuente: E. Harris, “Ms. Einstein” (A.A.A.S.) Annual Meeting, 1990. Y “Mileva Maric’s Relativistic Role”, Physics Today, vol. 44, nº 2, 1991.)

Otras investigadoras como Senta Troemel-Ploetz y la biógrafa Desanka Trbuhovic, sostienen que Mileva era la que desarrollaba las matemáticas de las nuevas teorías y enfoques que hicieron famoso a su marido. Y en ello está de acuerdo el biógrafo de Einstein, Peter Michelmore, quien también sostiene que Mileva era una  excepcional matemática y que ambos trabajaron arduamente en Berna en la teoría de la Relatividad.

Mileva escribe a su amiga Helene Kaufler: “Hace poco hemos terminado un trabajo muy importante que hará mundialmente famoso a mi marido”.

La fama de Einstein

En 1909 regresan a Zurich, donde Einstein ha conseguido una plaza de profesor en la universidad aunque, igual que en Berna, Mileva acoge a estudiantes para contribuir a los gastos familiares. Y aunque su casa seguía siendo punto de encuentro de científicos y de debates estimulantes, la actitud de Einstein hacia Mileva cambia, deja de tener la relación de años atrás. Mientras él es cada vez más un científico reconocido mundialmente, Mileva deja de ser la mujer excepcional con la que se relacionaba como amiga y colega, como investigadora con la que compartía sus proyectos. Mileva tiene su tercer hijo en 1910 y le ayuda en la preparación de clases y conferencias y se traslada con él y sus hijos a Praga donde en 1911 le ofrecen un puesto en una universidad a pesar de la opinión contraria de ella. En 1912, regresan a Zurich y en 1914 se instala en Berlin, donde llega también Mileva, a un ambiente que a ella le desagrada, más aún cuando las relaciones entre Einstein y su prima Elsa Löwenthal son cada vez menos secretas.


El reconocimiento de Einstein, la búsqueda del prestigio, la fama y la admiración le alejaron de Mileva y sus hijos. Pero la verdadera naturaleza del deterioro de la relación entre ambos y el papel que debía representar Mileva como esposa del famoso científico queda bien reflejado en la carta subastada en 1996 y de la que se hizo eco la prensa. Su esposa, Mileva, para vivir con él debía cumplir estas condiciones:


            A. Tendrás que encargarte de que:
1.  Mi ropa esté siempre en orden
2.  Se me sirvan tres comidas diarias en mi cuarto.
3. Mi dormitorio y mi estudio estén siempre en orden y de que nadie toque mi escritorio

B. Debes renunciar a todo tipo de relaciones personales conmigo, con excepción de aquellas requeridas para el mantenimiento de las apariencias sociales. No debes pedir que:
1.  Me siente contigo en casa
2.  Salga contigo o te lleve de viaje.

C .  Debes comprometerte explícitamente a observar los siguientes puntos:
1.  No debes esperar afecto de mi parte y no me reprocharás por ello.
2.  Debes responder inmediatamente cuando te dirija la palabra.
3.   Debes abandonar mi dormitorio y mi estudio en el acto.
4.   Prometerás no denigrarme cuando así te lo demande yo ante mis hijos, ya sea de palabra o de obra.


Su vida sin Einstein

A los pocos meses de su llegada a Berlín, Mileva regresa sola con sus hijos a Zurich, aunque se resiste a concederle el divorcio cuando Einstein se lo solicita en 1916. Mientras, vive en una pensión con pocos recursos hasta que comenzó a dar clases particulares de música y matemáticas y pudo alquilar un apartamento y dar una vida digna a sus hijos. La guerra y la separación la debilitaron y enfermaron y a partir de este momento la depresión y la tristeza la acompañarán siempre. El divorcio llega en 1919 y pactan que si Einstein gana el Premio Nobel ella recibiría una parte, lo cual también ha sido subrayado como un elemento que, si no prueba, si afianza la posición de los que defienden la tesis de la relevancia de la colaboración de Mileva en las publicaciones de 1905.

Con el dinero pactado, que finalmente recibe tras la concesión a Einstein del galardón en 1921, compra un edificio de apartamentos en Zurich, ciudad en la que vivirá hasta su muerte ocupándose de sus hijos, en especial del menor, Eduard, que es diagnosticado de esquizofrenia y que sufre de brotes violentos que ponen en peligro la vida de Mileva. A pesar de ello, lo mantuvo en su casa y se ocupaba de él evitando su internamiento en centros psiquiátricos, aunque a veces ha de contratar a un guardaespaldas para que la proteja de sus ataques. Su hijo mayor, Hans Albert, estudió como sus padres en la escuela Politécnica de Zurich y tras casarse con una profesora alemana se trasladó a EEUU en 1937 donde trabajó como profesor en la universidad de California.

Mileva, tras un nuevo brote psicótico de su hijo, es ingresada por una crisis nerviosa y murió sola tras varias embolias en 1948. Siempre conservó su apellido Einstein y así figura en la inscripción de su tumba en el cementerio de Zurich. Un hecho que también interpretan como una reclamación silenciosa del valor su trabajo.


Referencias:

-Esther Rubio Herráez, Mileva Einstein-Maric. ¿por qué en la sombra?. Editorial Eneida, Madrid 2006.
-Cartas a su novia Mileva. Princeton, U.P., 1987
-Documental sobre la vida de Mileva y la relación con Einstein emitido por Documanía. Con intervenciones de destacados historiadores e historiadoras como Andrea Gabor, Gerard Holton, John Stachel, Evan Harris y Robert Schulman, entre otros.

5 comentarios:

  1. Pues hay que ver de las cosas que el mundo se entera, después de endiosar a una figura como 'Einstein. Que resultó no ser el genio total que pensábamos y que, a nivel personal, resultó un ser de muy bajo nivel moral y miserable, cuando se le pasó el amor y la cal...entura que sentía por su esposa.
    LLegando a humillarla, con las condiciones de vida que le impuso, y que están comprobadas por la carta que él mismo escribió.
    Junto al hecho inaudito de, despues de usar el "nosotros", para los trabajos que lo hicieron famoso y haber obtenido el máximo reconocimiento, lo que demuestra que fue un trabajo conjunto, la desconoce a ella como partícipe e, inclusive, la fuente de sus trabajos, a través de las informaciones que ella le entrega.
    Estoy anonadada, desilusionada... qué se yo.... mal. Porque esta descripción de Einstein, no se corresponde con todo lo que aprendimos y aplaudimos.
    Llego a la conclusión de que el genio fue ella, ya que supo interpretar los conocimientos de sus profesores y dárselos a Einstein, quien los desarrolló, pero no fue el pensador primario de la idea. Salvo el movimiento browniano.
    Muy poco para recibir el premio Nobel, para un hombre que, evidentemente, carecía del conocimiento matemático, necesario para trabajar sin ayuda.
    Muy triste, lo que se descubre en las biografías de los supuestos "grandes hombres", que muchísimas veces ocupan esos lugares, gracias a mujeres que están a su lado, con diversos roles.... pero mujeres.
    Mujeres, siempre anuladas, negadas, humilladas, ignoradas. Esto que llamamos la maravilla de la maternidad, tiene la gran negatividad de acabar con el desarrollo personal de la mujer, en los casos de esposas de estos hombres, que se apoyan en ese factor, para destruirlas como profesionales y como mujeres.

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    1. Totalmente de acuerdo con el comentario anónimo del 8 de de noviembre de 201, me parece muy acertado. Es impensable que una mujer con la formación científfica de Mileva no tuviera influencia alguna en los descubrimientos que se atribuyen a su marido, sobre todo teniendo en cuenta que la base primaria de su relación era intelectual, y de allí nació el amor. La historia, los biógrafo de Einstein, y el mundo deben reivindicar plenamente a Mileva Maric y su triste, abnegada, y desolada historia de vida.

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    2. A veces nos sorprendemos a nosotras mismas por nuestra ingenuidad y pensamos: ¿Cómo no lo vimos?

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  3. Gloria Susana Leguizamón de Millán. Siempre detrás de un gran hombre, hay una gran Mujer.

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