A punto de comenzar mi curso sobre Epistemologías Feministas en el Máster de Estudios de Género y Políticas de Igualdad de la ULL, adelanto a mis alumnas algunos de los problemas y lecturas imprescindibles hoy en nuestra reflexión sobre el estado actual de los estudios feministas de la ciencia y la tecnología.
En primer lugar, como señala Londa Schiebinger, es necesario debatir
sobre las prioridades que dan sentido a las investigaciones y a las inversiones
en investigación y preguntar ¿cómo se toman las decisiones acerca de lo que
queremos conocer en el contexto de los recursos limitados? Es necesario también
analizar los planes o medidas institucionales, sean “colegios invisibles”
informales o rigurosamente formales universidades y sociedades científicas, y
cómo estructuran el conocimiento que difunden. El análisis de las culturas de la ciencia refleja los
procesos de regulación del comportamiento de sus practicantes fomentando
estilos intelectuales que guían programas de investigación. La referencia a
Helen Longino y al papel que el “background de asunciones” juega en el marco de las comunidades
científicas es central. Es importante también decodificar el lenguaje y la
representación iconográfica de esas culturas científicas ya que éstas son las
vías más efectivas para la trasmisión de estereotipos y de un universo
conceptual en el que la mujer científica es considerada una extraña. Es
necesario, finalmente, reconsiderar las definiciones de ciencia: hoy día no
emplear el género como categoría de análisis en cursos y reflexiones sobre las
diferentes disciplinas científicas puede ser considerado claramente
irresponsable o anacrónico, en todo caso, incompleto o sesgado.